27 de febrero de 2017

AMOR/DESAMOR


Nunca he creído que lo contrario del amor sea el desamor, que es una falta, una incomprensión, una dejadez. Igual que una canción es una distribución medida de sonidos, coordinados con silencios, así el amor con el desamor, que son ritmo, cadencia y frecuencia, dentro de una pulsión universal. Nos han mangoneado el amor, y por eso magnificamos el desamor. Así acabamos mancillando el amor/desamor con egoísmo, cuando en realidad es justamente lo contrario: amar es tocar juntos la canción que nos abarca y sostiene, amar es estar en ti, regalando y poniendo en juego mi mejor yo. Con desprendimiento, escribiendo en directo, para ti, para mi, para todas y todos, la partitura que nos regula y contiene. Tú decides, y otras y otros, sin saber, deciden por ellas, por ellos y por ti.
¿Desamar? Hasta los solistas callan. Desamar es disfrutar de lo que formas parte, tan sólo leyendo la partitura, hasta que llega tu momento de intervenir. Desamar es saber esperar, y entender que lo que importa es la canción, y tú eres un instrumento más.
¿Lo contrario de amar? No es desamar. Tampoco odiar, que viene a ser lo mismo que amar, en una misma implicación, pero en distinto sentido. Lo contrario de amar es cansarte de imaginar. Cansarte de que todo es juego, música y frecuencia. De que todo es respiración y flujo. De que la luz reverbera y las nubes van por los ríos para abandonarse en el mar.
Lo contrario de amar es vivir ignorándote del Todo.
Lo contrario de amar es acostumbrarte a la oscuridad. Sentir como normal el vivir en la cobardía.
Jag.
22_2_17


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