7 de julio de 2016

TERTULIANO


¿Que de qué tiempo soy? Te doy una pista: no puedo ver el vaso medio lleno ni medio vacío, si pienso que está caduco el tiempo del vaso.
No encuentro aliento en el presente, que se desmorona. No puedo soportar la debacle, no admito la injusticia, y me parece inmoral tu felicidad mirando para otro lado, apropiándote de las palabras.
Perdona: tolerar no es transigir, la paz no es el silencio, y el aguante no es la concordia.
No me engañas. Tu apellido canta que eres de aferrarte a lo conseguido y refugiarte en lo establecido, de marcar el patrón con que se miden todas las cosas. Eres un palmero del poder. Tu armonía, tu pretendida serenidad y buen espíritu están basadas en haber tenido siempre la despensa surtida y el culo entre algodones. Estás en el lado bueno, obviamente: no aceptas el intercambio de ideas ni la confrontación, no entiendes el desequilibrio y la negociación constante que implica la conversación.
Por tu actitud veo que entiendes lo establecido como un valor de oro. Porque te tranquilizas y relajas cuando se llega a lo que tú consideras "razonable", que normalmente coincide con que tú tengas la razón. Con este material emocional, difícilmente comprenderás que llegar a la verdad, llegar a lo verdaderamente razonable, están basados en una indagación. Nunca termina. Es trabajo y revisión y discusión constantes. Esa es la única relación de la verdad con la seguridad: el trabajo.
¿Que de qué tiempo soy? No soy del tiempo de lo establecido. Ya me gustaría a mí que lo establecido nos sirviera. Mira cómo estamos hoy. Soy del tiempo de la incomodidad, de los ojos abiertos y del corazón alerta. Y una puntualización para tu campo semántico: no soy artista porque sea libre. Soy artista porque quiero la libertad. No tengo fuerzas para todo, y me equivoco constantemente, pero mi ademán tiene todo su valor. No tiene que venir nadie a dármelo, por poco que lo entiendas o lo aceptes.
Por otra parte, tranquilo, sólo soy un artistilla de pueblo. El ruido y el calado de una tormenta de verano. No creo que nada se arregle quemándolo todo. Pero eso sí, yo voy a estar pendiente de que todo se renueve. Y no me conformo con que unos muertos jóvenes ocupen el lugar de los muertos viejos, en la palestra. Sencillamente, ha pasado el tiempo del vaso.
Cuando duele te apartas, esa es la lógica natural. Este presente no lo deseo para nadie, y me impele a salir de él. Algunos salen del presente, suspirando por el pasado mejor, aferrándose a conservar lo que tienen. Yo sólo tengo mi trabajo, y nunca me ha dejado ahorros. Algunos otros salen del presente proyectándose en lo que viene, esbozando horizontes edulcorados o idealizantes, presuponiendo la virtud, la bondad natural del género humano, y aportando como único pertrecho la esperanza. Bueno. A pesar de que me entrego a la imaginación, decir que estoy bautizado y comulgado, y mi paraíso quedó ahí.
Yo sólo tengo preguntas, ya ves. Y comillas para lo que me huele a cuerno quemado. Subrayados para lo que me esperanza profundamente, y amor por todo lo fértil y por todo lo que inspira.
Sinceramente, me ha dolido admitir tan crudo que también haya algo de inteligencia en el lado de los insensibles y los cómodos. En el lado de los injustos. Supongo que debo agradecerte el dejarme tan claro un punto más contra el que combatir.
Me ha dolido desde la primera frase tu panfleto suficiente y conciliador. Algo que, por otra parte, no iba dirigido a mí. La verdad es que ya me he calmado infinitamente con tu primera respuesta a mi réplica. Me has hablado de mi intolerancia, y de mis escritos "basados en el miedo". Confesarte que he perdido unos segundos preguntándome qué mierda sabrás tú de mí o de mis escritos. Por suerte, me he repuesto y he usado el sentido común, y no me he esforzado en seguir el hilo de tus ideas de la tele y tus frases hechas (eso sí que no me lo esperaba de tu inteligencia).
Me has ayudado en nuestra despedida, malgastando tu pretendida habilidad mental en comportamientos de tertuliano profesional, y ahí se han acabado nuestras esperanzas de conversar. A las primeras de cambio, has perdido todo contacto con tu ilusión de argumentación, suscribiendo/negando con nula profundidad lo que quiera que diga tu interlocutor, y hecho eso, te has centrado en lo morfológico del discurso, manteniendo (ante ti mismo) el hilo con ego, vano ruido y falsa aportación al mundo de la lógica hablada.
Visto esto tan desnudamente, ahí te dejo, artista. Sigue en tu mundo de amor sin fronteras, que yo estaré constantemente ocupado buscando mi tiempo y mi lugar. Con tu conformismo y aún aceptación y aplauso del tiempo que vivimos, yo no dejo de preguntarme de qué clase de amor eres tú.



Jag.
7_7_16


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