es mi cuestión de fe. Ardor
que me estalla indesmentible
como todo lo que una y uno
desde dentro saben, y todas
todas las pruebas son buenas.
Me tienes la solidez del aire que
respiro y se me escapa y lo sé
y lo siento cuerpo abajo, y digo adios
a lo poco a que
hasta ahora pertenezco.
Me tienes la hermosa herida
abierta arrancada
contundencia sangrante del anhelo.
Ya tú me lo dices en la distancia,
quién sabe si mimosa esperante atravesada
-inútil por mi parte empeñarme
en adivinarte el tono- no me pararé
a saber si pura irresponsable sin mesura,
tú lo sabes, la belleza,
la belleza, amor,
el suspiro tuyo que entre manos yo quiero.
Y es de fábula y es de alegre dolor
de despedida la impedimenta que acopio,
es de sencillo comprender,
alimento del corazón, sabio proceder
que te dedico desde el centro
de mi alma, armamento del deseo
echado a la vereda
del sonreír mundano, misterio,
saliva, sangre, flujo precioso savia,
y tu sudor y el mío, a la par susurrándose,
escribiendo porvenir, construyendo
nuestro beso en voz alta, camino
de mi casa en tu pueblo.
Jag. Gràcia_1_oct_2015
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