23 de septiembre de 2015

LO QUE YO PONGO

Después de todo este precipitarse que parece que se nos alarga, al final me está pareciendo que la única alegría utilidad nobleza a la que voy a poder aspirar es a hacer alguna cosita tonta, de ésas que consiguen, de alguna manera, que la gente que está hasta los putos huevos como yo esta mañana, consiga, por lo menos consolarse malamente, entretener su miseria soledad medianía, a pesar de tirarse diciendo todo lo largo del día, vale, ella no me va a amar nunca, vale, ella no va a mover un dedo por aprender a quererme, vale, ella siempre conmigo para estar aireándome el tufillo de que tiene sobre mí el poder de mi devota, estúpida atención por la remota posibilidad de dejarme guarecer medio minuto bajo los aleros de su arco del triunfo, ésos que yo magnifico en la distancia, ésos que yo acaricio imaginalmente hasta el desquicio del deseo, vale, yo sé que ella lo vale pero no, yo sé que ella lo vale y sé que ella sabe que yo sé que ella lo vale, y vale, yo sé y ella sabe que con éstas, todo se ve aburrido, hastiado, medio consumado, vale, y con este escaparate de esperanzas degradadas, yo no sé, aunque ella sabrá, quién es el guapo que sacará gota de amor de su silencio obcecado, ya le ponga por corona mi frustración o mi ternura, ya le ponga corazón, ya le ponga cojones razones rechinar de dientes, ella va a mandar, ella va a administrar con abuso y usura los sublimes caldos de su graciosa majestad, ella me va a desperdigar por el campo con lozana indiferencia, ella sólo ella parece tener el botoncito de vamos a funcionar, y yo, vale, qué quieres que te diga, yo estoy haciendo todo lo posible por mantener potrillo corredor el brío juvenil que todo lo renueva, yo pongo por mi mano la intención el material, yo pongo trasponer, yo pongo solicitar, yo pongo comprender, yo pongo esperar, interpretar, sonreír, cabalgar alegre dudosamente envalentonado atravesando mi ruina, yo pongo algunas veces ya no puedo más, yo pongo por favor dónde vas, yo pongo adónde miras, yo pongo adónde pones tu preciosa intensidad, la frescura polilla nocturna en bragas en mitad de la mañana, yo pongo las respuestas que no preguntas, valor solicitud plano itinerario por el mapa de un país inexplicado en mitad de un your heart is broken, and the doors are open as you´re hoping to be, and i use to leave the simple brighter places to see, hostiaputa, que te pongo palacios en las narices y no te das por enterada, ya te puedo decir misa, llevarte banquetes que tú ni tocas tenedor ni me abres una entrada.

Ya no sé qué hacer salvo amarte, mi dulce dureza endemoniada, ya no sé qué hacer sino anhelarte conformado en el bicheo, mi espinosa selva ufana en distancia oscuridad silencio. Ya queda poco niño en mi alma de adición sustracción. Ya queda poco aire en mi mundo de quererte atravesándolo todo, y no moveré un dedo por tu prisa y no pondré verso por tu engaño. Todo. Todo lo que pase se va a mover por tu mano, santa voluntad, risa nerviosa repentina lucidez orientándose –quizá- hacia mi pecho nevado.

Yo tengo, amor, el verano despedido desde mediados de agosto. Para la primavera, campaña por la fugaz alegría, no me siento aspirante. Y qué puedo esperar del invierno que venga de tu mano, si el otoño viene siendo un tonto desnudar de lo que siento, en sequedad, caída, en mudos frutos que no dan señales de vida.

Quizá te has pensado que mi voracidad es para siempre. Quizá te has creído que tengo en mi casa un árbol fastuoso del que sin límite puedo sacarte mi brillo seminal. Tú desengáñate, amor, que el verso boquea y el hombre se muere, por mucho stay on the scene like a lovin´ machine que te estampe en la libreta.

¿Y ves lo que pasa? Me acabo viendo perdido, despistando a la gente. Acabo dando la espalda a la tercera persona, a la distancia que necesito por mi alegría, por mi utilidad, por mi nobleza. Acabo en el puto ninguneo de mi cosita, sacando tonta ansia por el amor que se me endurece, tú parada mirando quién sabe, yo dando medios pasos a ninguna parte, añadiendo un poemita, otro poemita, y otro poemita, joder, perdiéndome en esta tonta intensidad obsesa pidiendo que me vengas pezón montuno, ulcerando mi paciencia majestad, deseando que me aprietes aunque sea un hombro sobaquera ardiente, clamando mi desnudez por el bien del cielo que nos cubre, para que me atiendas de una vez chocho bravío y nos entreguemos a algún mordisco de Dios del aliento incontrolado. Yo lo sé y tú lo sabes, que estos tiempos están marcados. Yo lo sé y tú lo sabes, que aunque no me comprendas vas a saber de golpe un día que el asombro me es indiferente, que aunque no eches de menos nuestro tiempo, un día, tú, te acordarás de hoy, y te suspirarás.

Jag. _23_sept_2015




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