2 de junio de 2015

HERALDOS

Tengo miedo
de que no haya nada
más allá
de mi atrevimiento.

Es mi temor cerrado,
compacto como una tara,
pesado, negro y tenaz.

Las llamadas de auxilio
han partido. Todos los correos
de ayuda están enviados, atravesarán
distintos amaneceres,
pasarán el desierto ardiente
y la montaña helada,
correrán hasta desfallecer, quién sabe
si en mitad de la nada,
y se hundirán sus familias
en una ausencia eterna,
quién sabe si descansarán
al calor de la llama
de una casa acogedora con mis colores,
comprensiva con los ruidos
de mi lamento, dolida
con mis dolores.

Mientras tanto, recojo mis palabras
y llevo mi canción a otra parte.

Lejos de este pozo de negrura.




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