15 de febrero de 2015

Miro atrás

y veo claramente que hace diez años yo era mágico. Todo parecía casar con todo, como si mis losas fueran pequeños engranajes que habían estado buscándose y entonces –hace diez años- se encontraran.
Lo recuerdo con un sabor dulce y emocionado. Lo recuerdo y veo imposible que todo aquello haya ido a parar a lo que hoy soy.
En mi entusiasmo llego a pensar que a lo mejor dentro de diez años miro hacia aquí, al que soy ahora, y me veo mágico.

Y me recuerdo con un sabor dulce y emocionado. Una lástima que nadie pueda anticipar el recuerdo, una verdadera lástima que hoy sólo pueda tener la magia que tuve hace diez años.




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