3 de noviembre de 2012

ESE PUNTITO DE CONSTANCIA.

En algunos momentos, no sólo en los malos, me asalta la poderosa impresión de que estoy en cosas artísticas por cortito, y no por lo contrario. Lo de ser artista por ser un negado para la vida normal. Esa vida normal, a mí, no me ayuda a que haga otra lectura.

Cuando haces cosas artísticas, visto desde dentro, casi puede decirse que te dedicas a estar encerrado en ti mismo. Carl G. Jung decía que “el que mira afuera, sueña, y el que mira adentro, despierta”. Luego está lo del “conócete a ti mismo” y cosas por el estilo. En fin, muchas citas podría poner para justificar mis introversiones, pero la base es que cuando miro afuera, me siento un inepto. Cuando te acostumbras a estar más de la mitad del tiempo confrontándote y poniéndote obstáculos para saltártelos, acabas poniéndote quisquilloso con las cosas y contigo mismo. Te tiras así las horas y los años, saliendo a la calle a por una barra de pan o cosas así, paseando manchas perennes en pantalones de pana, en camisetas de propaganda y viendo siempre desde  lejos verdaderas bellezas inaccesibles para ti, para tu gusto o al menos para tu consuelo. Y te acabas creyendo el papel de pobre inepto para la elementalidad, para la vida en directo.

Hoy me he dado cuenta de que, si a pesar de todo esto y más, sigues aguantando el tirón y no das el brazo a torcer y sigues en esas trece, si sigues adelante incluso sospechando que todo esto te viene grande y en realidad no estás en tu sitio, que todo esto es fruto de que en plena pubertad te coincidió un momento raro de la hormona con un libro de Dostoievski, o Platero y él en la época del instituto, o Rothko o calendarios de Picasso o de algún otro, y te acabaste zambullendo, pobre de ti, en LA ELECCIÓN EQUIVOCADA, si sigues adelante a pesar de estar convencido de que a lo mejor no eres más que un caso concreto de la psicología no patológica –de entrada-, lo que queda de un pobre niñato que sólo quería un poco más de atención que la media de entre los que consiguen acabar la FP, si sigues insistiendo en el equívoco, a pesar de que la vida te vaya de culo la mayor parte del tiempo, y lo sepas, y ese saberlo y seguir adelante te adorne para siempre con un magnífico humor de mierda, porque sabes que intentar desandar el camino hasta convertirte en una PERSONA NORMAL, ya es cuando menos complicado, porque a estas alturas, presentas credenciales y sólo te toman en serio para ir a marear la perdiz, y ya no hay más remedio que insistir en el alambre, y con ese nivel de ingresos, sólo puedes permitirte una casita de alquiler bajo en Zancadilla de la Torre, Avenida de las Pieles de Plátano, sin número, esquina con Palos de Ciego, y a pesar de que el tiempo se te espesa enumerando las contras de tu vida, y sigues en lo tuyo, interesándote en todas esas cosas que te acaban encerrando en ti mismo, si sigues porque sabes que algo maravilloso e inalcanzable está en juego y escondido, y como un bobo despreocupado has ido pasando así de adolescente interesando a joven promesa, y de frustrado te diriges a vieja gloria otoñal sin haberte enterado de pasos intermedios que te hubieran permitido meter mano para enderezar la situación, si te has tragado todo cuando has visto cómo te adelantaban mediocres por la izquierda, ineptos por la derecha, ignorantes por arriba y oportunistas por abajo, y si a pesar de todo esto sigues intuyendo ese algo maravilloso en lo que haces, si además consigues pagar el alquiler y poco más, si a pesar de conocer todo esto de ti aún hay gente que te envía mensajes de amor o de aliento y muestras de interés por pasar tiempo contigo, hostia, al final, esto es tu vida ¿no?




.

3 comentarios:

  1. Claro que si, huyendo de la linea recta...te queremos entero y por trozos, por lo que se lee y por lo que se intuye, porque si, porque no pareces vivir en la estéril NORMALIDAD...gracias, Jose

    ResponderEliminar