15 de julio de 2012

No te estás enterando de nada.

Algunas veces me pongo a leer un poema cualquiera y no me entero de nada. Primero me quedo callado mirando al cielo o al extraño fulgor en la mirada de una niña que pasa. Pero luego en voz baja me digo ah, bueno, qué bueno algunas veces, no enterarse de nada. Y se me apelotona en los ojos la vida aburrida que todo se lo explica, y si estoy solo hasta me río y me digo aaaaaaaaamigo, y me acuerdo de gente que tiene hijos, construye mansiones en el campo y juega con el azar buscando enterarse de algo. Y me limpia el alma y me renueva la sangre saber que para llegar a las mismas conclusiones simplemente me he sentado en una plaza, en la cocina, a la sombra de un árbol y ya está. No tengo que ser listo ni fuerte, no tengo que pensar lo correcto, no tengo que llegar a ningún sitio el primero, no tengo que ser educado, ni tener amigos influyentes, buena suerte, dinero ni estudios. Qué bueno no tener que saber algo para saber que no te estás enterando de nada.

2 comentarios:

  1. Jajaja, pero qué paz creer que me he enterado de tus conclusiones....

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